domingo, enero 31, 2010

Febrero mes del amo al estilo de René Avilés Fabila y su libro Todo el Amor - Día 1






Se recuerdan los calendarios que tienen la frase del día, ahora muy de moda con este pensamiento de la ley de la atracción, cierto?. Cada día una reflexión, una frase, un pensamiento; pues aquí pondré cada día una frase o parráfo del libro de René Avilés Fabila "Todo el amor" para festejar el mes del AMOR y la AMISTAD, un platillo para degustar con gusto, a sorbitos, a mordiditas suaves y lentas para disfrutar su estilo y para festejar por todo lo alto al amor y no sólo al amor, sin a todo el amor ....
Primer día
LA MUJER DEL SOL *
y goza el Sol sus miembros ...
Rubén Bonifaz Nuño

Desnuda y excitada se ofreció al Sol. Durante largos minutos gozó con el placer que le causaban los lujuriosos rayos solares. Jadeaba. Agitaba todo el cuerpo. El final fue extraordinario. Y se quedó otro rato más, permitiendo que su amante siguiera acariciándola. Así fue preñada por el astro.

Tiempo después, lo que aproximadamente dura el movimiento de traslación, la mujer dio a luz a un maravilloso niño que brillaba como un pequeño Sol. La felicidad de la madre era enorme: su hijo resultó diferente y muy hermoso. En la medida en que el niño crecía estaba más radiante, brillaba y a su alrededor las flores se abrían gracias al prodigioso calor de su cuerpo.

Sin embargo, la dicha materna no duró gran cosa. Un día, mientras lo miraba jugar, el Sol pareció llamar a su hijo. El joven astro miró hacia lo alto y poco a poco comenzó a elevarse, con los brazos apuntando al cielo. Su madre quiso gritarle, detenerlo, pero comprendió que su hijo tenía otra misión que cumplir y se limitó a contemplar tristemente la forma en que desaparecía en dirección a su padre.

Transcurridos varios meses, los astrónomos anunciaron que más allá del nuestro se había formado otro sistema solar. Un nuevo Sol brindaba los beneficios de la luz y el calor y a su alrededor danzaban distintos planetas, algunos de los cuales tendrían vida dentro de millones de años. Para los científicos el fenómeno era inexplicable; apresuradamente elaboraban teorías e hipótesis, débiles argumentaciones, tratando de justificar la presencia de aquel Sol, al parecer surgido de un desprendimiento del que llamamos astro rey. En cambio, para la mujer la respuesta al descubrimiento espacial era menos complicada. Orgullosa, sonrió al recordarse compañera del Sol y madre de un flamante y espléndido sistema solar.

Nueva York, noviembre, 1981. *
Publicado en
Todo el amor I. Nueva Imagen, 2002. p. 271.

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