domingo, abril 04, 2010

Y... qué hay de El Limbo? lee El Evangelio según René Avilés Fabila

El Limbo *


La teología católica creó un sitio tedioso, oscuro y sin vida para las almas de todos aquellos que murieron sin haber sido bautizados, a las pobres las mantienen eternamente aletargadas para expiar el pecado original. Es evidente que lo hallamos más cerca del Infierno que del Purgatorio y, desde luego, del Cielo. Quienes suelen estar allí son los niños fallecidos antes de que el sacerdote les diera el primer sacramento. Las voces populares se refieren a él como un estado de plena inconsciencia. Vive en el Limbo, dicen de una persona ensimismada o distraída. Como es de suponer, nada en el cristianismo primitivo se refiere al Limbo, es un invento posterior, que data del siglo XIII y no hay, en efecto, ningún suplicio, sólo un idiota reposo eterno en una cámara sombría y subterránea, sin pensamientos ni palabras y, lo que es el mayor castigo, sin la visión de Dios, lo que acarrea una tristeza infinita, perpetua. No existe el Bien ni el Mal. El Limbo es una total injusticia que deja mal parada a una religión que habla de bondad pura, quintaesenciada.


* Tomado de El evangelio según René Avilés Fabila. Plan C Editores. Colección La Mosca Muerta. México, 2009. 150 pp.

Y estamos un mucho en ese Limbo, ese donde no hay pensamientos, ni palabras (que valgan?), y con una visión de un Dios que tuvo -¿tiene?- la "brillante rara idea" de darnos una tarea: la creación del 2012 sin o con Evangelio, sin o con FE. Vivimos en un mundo con visiones globales un tanto adulteradas, con conmociones violentas, hablando pero sin entender ni una palabra los unos de los otros o no tanto como fuera deseable según esto porque el nivel de conciencia mundial se ha incrementado pero también el nivel de Limbos. Los Limbos, ya no existen, o al menos lo han borrado del mapa de creencias arraigados en una escuela que va pasando de moda, pero hemos creado otros Limbos. El Limbo del matrimonio, el Limbo de las Parejas, el Limbo de Internet con el engañoso sentido de que existen muchas palabras, de que no son espacios sombríos, y que nos guiamos por pensamientos. La inocencia del Bien y el Mal (¿mail?) no tiene religión, ni sentido, ni creencia. Los minicuentos al menos nos hacen sentir que si hay pensamientos, otras cabezas pensando, otros corazones latiendo ... latiendo, ojalá con la verdad, con un sentido biblico o no, pero si con una conciencia, la conciencia moral de uno, dos o tres o más ... personas normalitas que tienen dudas, que creen a pesar de todo, que no dejan que esas sombras sean y que de vez en cuando ... leen.

No hay comentarios.: