Aprendo como si de verdad, fuera cierto, que viviré por siempre.
Aprendo a darle sentido a la vida, es darle sentido a la muerte; permanecer mucho más allá del tiempo.
"En esta vida y luego un poco más en la otra" ...
Fue la frase que usamos cuando dimos el si, ante el juez el día que nos casamos. Pero era una frase vieja porque lo habíamos dicho una mañana que no fuimos a trabajar por hacer la "pinta" a un paraje de Toluca que le gustaba a Her. Ahí, ante una sandía, prometimos eso y lo bordamos con un beso. Estuvimos comiendo bajo los árboles, con un sol espectacular -y raro- para luego regresar a casa en nuestro auto rojo.
Ese coche rojo se ha ido hoy, ese auto donde tantas veces hablamos o peleamos; donde mi mano acompañaba su pierna mientras conducía. Ese auto que llego nuevito y donde Her se veía, como era, tan guapo, tan hombre, tan hermoso con sus dulces ojos.
Me gustaba esa sensación de ir conduciendo ambos al poner mi mano izquierda sobre su pierna derecha ... era un juego travieso a veces. Otras para marcar un pequeño "alto" si alcanzaba una velocidad demasiado alta, muchas otras era sólo por compartir, como se disfruta la cama, como se abraza una pareja como cucharitas y los cuerpos son un argamasa de sueños, miedos, esperanzas, ilusiones, amor y deseos; pero sobre todo, donde la noche es vencida por el canto de dos, que son uno, en un largo, largo abrazo de madrugada.
Soy de esas afortunadas que ha vivido con el "gran amor", que ha sido bueno y que tuvo sus tiempos obscuros, pero que si volviera a vivir jamás cambiaría el haberlo amado (amarlo hoy también) como esa chica de 20 lo amo la vez primera.
Por lo tanto, digo sólo lo que siento, pero no dejo de sentir agradecimiento por haber vivido con Her. Sin embargo...
Echo de menos eso, dormir como cucharitas, extraño poner mi mano en su pierna ... lo extraño tanto que me duele respirar; y sin embargo, no dejo que nada cambie el hecho real del amor que existió y a veces sueño que vuelvo a enamorme desde el corazón y mientras eso sucede, paso el tiempo lo mejor que puedo...
Se que no viviré por siempre, por eso aprendo que la verdad es lo único certero. Hoy sólo eso se, y es casi nada ... el auto se ha marchado y yo con el pañuelito azul en la mano lo he despedido como lo recibí el primer día, con agradecimiento y alegría ...
Her ... donde quiera que estés ... en otra vida, en otro momento volveremos a tener un auto rojo, o dos o muchos, pero sobre todo, volveremos a amarnos, en otros amores, volveremos como entonces ... un día, en ese auto rojo vendrás por mi, verdad?. Mientras ... aprendo ... ¿no te jode?
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