sábado, octubre 29, 2005

Instintos, juegos, venenos... y antídotos

Ahora otras 2 versiones que faltaban del cuento de la ranucha y el escorpioncillo. Que por cierto están llegando a ser 5, no cuatro.

Versión Remix de mi tía abuela, que llego a tener 20 hijos.

Se encuentran una rana y un escorpión a la orilla del Lago de Guadalupe. El escorpión necesita cruzarlo porque allá vive su amada escorpiona y le pide a la rana que lo lleve sobre su lomo hasta la otra orilla, y la rana, temblando, le responde:

- Tengo miedo de llevarte. Eres un escorpión y podrías picarme.
-
- El escorpión insiste tanto y le cuenta tanto su gran amor por la escorpiona que vive al otro lado que la rana que es tan romántica toma partido por llevarlo y le dice:
- Te llevaré, pero debes prometerme dándome tu palabra de escorpión de que no me picarás.

-¡Te lo prometo, te lo prometo!. ¡No te picaré! -contestó el escorpión, bastante ofendido, por cierto-. Y añade: y tu rana, me prometes no tirarme a la mitad del lago? Porque tú sabes que no sé nadar y sin ti, me ahogaría.

La rana malhumorada responde: ¿Por qué habría de hacer algo así?

Se sube, a continuación encima de la ranita e inician el viaje hacia la otra orilla. Sin embargo a mitad del camino, el escorpión pica a la rana.

Mientras ambos se hunden sin remedio, la rana le pregunta por qué lo hizo, si le había prometido lo contrario.

-Porque me dieron ganas –responde el escorpión exhalando su último suspiro antes de morir ahogado.

Eres este tipo de escorpión que hace lo que le dá la gana, desde el momento en que sus reacciones autodestructivas se lo indican?. Eres de las que reaccionan, en vez de accionar de acuerdo a sus promesas o palabra?. Eres capaz de perder al amor de tu vida sólo por la explicación de: “me dieron ganas” .... sigue leyendo la otra versión:


Cuarta versión, por ahora de este mismo cuento, que para mañana pondré otra que Ludovico me ha contado... O alguien me dará la receta para preparar ranas al escabeche o paella de escorpiones...


Era que se era una ranita y un escorpión.

El escorpión parecía aburrido porque estaba sentado a la orilla del río y arrancaba hierba a diestra y siniestra, diciendo a gritos: ¡qué aburrido y que solo que estoy!. Daría cualquier cosa por encontrar un compañero de aventuras y conquistar el mundo.

De pronto vio a una rana dispuesta a cruzar el río y le pidió ser compañeros de aventuras. La rana por supuesto no quiso al principio, pero el escorpión termino por convencerla.

Estaba a la mitad del río cuando la rana reto al escorpión: ¡a que no eres capaz de picarme, porque te ahogarías!.

El escorpión le dijo que no la picaría porque no era tan tonto para morir ahogado. Pero la rana siguió retándolo una y otra vez.

-Atrévete!!!!, anda atrévete!!!.

Y empezaron a discutir, la rana empezó a moverse con rapidez para tratar de tirar el escorpión hasta que éste la picó. Y ambos empezaron a hundirse ....

Y la rana exhalando su último aliento le dijo al escorpión:
-era sólo una broma, un juego, ¡no te lo dije en serio!.

Y el escorpión le dijo a la rana antes de morir ahogado: el problema es que no puedes jugar con el instinto cuando es la vida la que está en juego.

Mañana seguiremos jugando a los cuentos, y dejaremos el quinto cuento para cerrar el ciclo de instinto, veneno y juego.