MATRIMONIO Y SEXO *
Luego de seis o siete años de matrimonio, Francis (apócope de Francisca) estaba desesperada y no encontró otra forma que adquirir una pócima que convirtiera a su esposo, el honorable y aburrido doctor Jekyll en el fantástico señor Hyde. Aquella noche, con grandes temores y esperanzas, se la sirvió con un poco de leche tibia. El galeno se durmió de inmediato, pero enseguida de un breve y angustioso sueño despertó convertido en un hombre lobo y poseyó a su mujer una y otra vez, en medio de jadeos y gritos de placer, pequeñas y disfrutables violencias, pasionalmente. Al día siguiente, la mujer, feliz y satisfecha, no aguardó más y en lugar de poner la sustancia prodigiosa en la cena, la desparramó en el desayuno. Tenía que recuperar el tiempo perdido.
* Publicado en Todo el amor II. Nueva Imagen, 2002. p. 260.
Luego de seis o siete años de matrimonio, Francis (apócope de Francisca) estaba desesperada y no encontró otra forma que adquirir una pócima que convirtiera a su esposo, el honorable y aburrido doctor Jekyll en el fantástico señor Hyde. Aquella noche, con grandes temores y esperanzas, se la sirvió con un poco de leche tibia. El galeno se durmió de inmediato, pero enseguida de un breve y angustioso sueño despertó convertido en un hombre lobo y poseyó a su mujer una y otra vez, en medio de jadeos y gritos de placer, pequeñas y disfrutables violencias, pasionalmente. Al día siguiente, la mujer, feliz y satisfecha, no aguardó más y en lugar de poner la sustancia prodigiosa en la cena, la desparramó en el desayuno. Tenía que recuperar el tiempo perdido.
* Publicado en Todo el amor II. Nueva Imagen, 2002. p. 260.
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