La mejor forma de amar es dejar en libertad al objeto de nuestro para que sea capaz de volar individalmente y conseguir sus sueños y quizás la mejor forma de ser amado es ayudarnos a conseguir el nuestro y de regalo este catorce de febrero uno de los mejores sueños de amor, por supuesto de René Avilés Fabila
SUEÑO NÚMERO UNO *
Estuvimos en el Museo de Arte Moderno contemplando las abstracciones de numerosos pintores estadounidenses. Hablábamos de los cuadros que nos parecían sueños en los que podíamos sumergirnos plácidamente y mezclarnos con nuevas formas y colores soberbios. Al concluir, ella propuso caminar rumbo a un restaurante francés. Ignoro cómo iniciamos la penosa discusión que al rato se había hecho áspera, grosera. Yo gritaba y respondía a sus agresiones y ella buscaba maneras filosas para lastimarme. De pronto, en las calles vacías que escuchaban la pugna, apareció un vendedor de globos de gas. Lo llamé y compré todos. Aprovechando el desconcierto de mi compañera le entregué aquella mercancía como regalo. La tomó y de pronto los globos se elevaron al cielo hasta que su figura menuda y esbelta fue sólo un punto que desaparecía en el azul infinito.
Estuvimos en el Museo de Arte Moderno contemplando las abstracciones de numerosos pintores estadounidenses. Hablábamos de los cuadros que nos parecían sueños en los que podíamos sumergirnos plácidamente y mezclarnos con nuevas formas y colores soberbios. Al concluir, ella propuso caminar rumbo a un restaurante francés. Ignoro cómo iniciamos la penosa discusión que al rato se había hecho áspera, grosera. Yo gritaba y respondía a sus agresiones y ella buscaba maneras filosas para lastimarme. De pronto, en las calles vacías que escuchaban la pugna, apareció un vendedor de globos de gas. Lo llamé y compré todos. Aprovechando el desconcierto de mi compañera le entregué aquella mercancía como regalo. La tomó y de pronto los globos se elevaron al cielo hasta que su figura menuda y esbelta fue sólo un punto que desaparecía en el azul infinito.
* Publicado en Todo el amor II. Nueva Imagen, 2002. p. 126.
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