jueves, febrero 18, 2010

René Avilés Fabila y una historia erótica para el 17 de febrero

Las historias eróticas son las que nos roban una sonrisa, una complicidad que envuelve esta historia del escritor René Avilés Fabila; a mi me dan ganas no de comer esa Big Mac o hacerME aerobics y para festejar el mes del amor es apropiado soñare en este motel con nuestra pareja y acelerar la moto que para eso el "aquí y el ahora" no son sólo palabras, tienen un sentido metafísico importante. Sean felices.
HISTORIA ERÓTICA EN UN MCDONALD'S *
Luego de una Big Mac, que mucho nos excitó, Alice y yo fuimos a un motel. Algo deben de tener las hamburguesas, dijo ella tocándose los muslos con fiereza, debe de ser la cebolla, el tocino o posiblemente la salsa catsup. Aguarda, le advertí, no tardaremos en llegar. De lo contrario, tú terminarás antes de tiempo y yo tendré que masturbarme. Aceleré mi Harley-Davidson y pronto estuvimos en una enorme habitación del motel La Guarida del León Degenerado, con jacuzzi y cama de agua. Como pudimos, nos desvestimos. En mi caso era complejo: botas, chamarra de cuero, camisa vaquera, cinturón de hebilla de plata, jeans…

Ella sólo traía una falda corta, medias negras, una sudadera que precisaba el origen de sus estudios: University of Kansas y una mascada para sujetarse el cabello rubio. Nos abrazamos con fuerza y caímos sobre la cama. La besaba y ella correspondía con fogosidad. Jadeando, preguntó:

¿Qué hago, amor? ¡Muévete!, contesté imperioso. Y Alice comenzó a hacer aerobics.

* Publicado en Todo el amor II. Nueva Imagen, 2002. p. 143.

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