Primero creo que hay que sacar el tablero de la alegría para recordar con ternura ciertas cosas. Abrir el álbum de recortes emocionales especiales para hacer que la alegría sea algo conocido porque la felicidad por sí misma es tan volátil que no dura, una brisa y está del otro lado; sin embargo: el camino de la alegría es y puede ser constante, tan constante como seamos nosotros con este juego.
Con ser una misma es suficiente. No importa lo que los demás piensen de nosotras, debemos amarnos a nosotras mismas. Amar tanto nuestros días con sol, como los días con lluvia. Son irrepetibles. Amar nuestros éxitos, nuestros fracasos. Amarnos a pesar y por ellos. Es un compromiso interior de “SOLO POR HOY”.
Ejercitar la alegría a diario es parte de los respiros que necesitamos. La alegría es como un músculo, y sino lo usas, se endurece, y luego hay que llorar mucho para poder limpiarlo. Sería más fácil ejercitarlo a diario, con su justa medida, ¡si!. No es posible ser amiga de todos o tener amistad o ser amistosa con todo lo que sucede, eso es indeseable y es improbable. ¿Cuál es la diferencia entre lo improbable y lo posible?. Eso lo veremos otro día, por ahora, el juego de la alegría:
MOTIVOS DE ALEGRÍA:
El primero es saber que sólo por hoy me dejaré guiar por el amor.
Saber que quiénes amamos se encuentran en evolución, estén o no cerca, el motivo de la alegría es saberlo, amarlos y respetarlos tal cuales son y se sienten
Otro motivo, es que es un día más de vida y todos los días son de oportunidad.
Alegría es amar tan natural como respirar
Alegría es no esperar nada, pero tener conciencia de que soy digna de ser feliz
Alegría es pensar en unos ojos que me encantan
Alegría es pensar en una camisa de cazador que me viste hoy y que me regalé hace muchos años para no olvidar que no me gusta ser cazadora ni ser parte de la cacería (menos ser la presa).
Alegría es saber que las mejores cosas y los más grandes anhelos eventualmente se encuentran y si hay un abrazo de por medio, mucho mejor
Alegría es desear paz a los seres que amo y a los que no amo también
Alegría es saber que puedo estar en paz desde mis tristezas
Alegría es saber que llevo bien mi soledad
Alegría es saber que no necesito escribir cartas de amor, porque la personas que amo, saben que las amo; pero que me encanta escribirlas como si no lo supieran, o como si fueran desconocidas
Alegría es saber lo que quiero, por primera vez no quiero exactamente nada, sólo este manifiesto de estar alegre y desear que los otros lo estén
Alegría es no ser un obstáculo en la vida de otros, sino un motivo de alegría
Alegría es que desperté con la certeza de que los que me quieren, me quieren bien y sólo por eso, estoy lo mejor que puedo a cada momento conquistando mi espacio y mi paz
Alegría es saber que lo que ha sido, no ha sido lo mejor, porque lo mejor está en el porvenir
Alegría es saber que a ratos lo paso mal, pero me miro cada día con más cariño
Alegría es tener una Epifanía momentánea que lleva a la gracia donde los momentos se alargan y van formando los días
Alegría es que he orado por los que amo, para que aunque ahora sean tiempos de caos, venga el orden, tal cuál debe ser
Alegría es saber que en los tiempos oscuros también hay luz y que esa luz ha encendido mi corazón para ser mejor ser humano y eso, se lo tengo que agradecer a los desertores y a las traiciones –curioso el asunto, no?-. No quiero ser mejor porque me haya ido bien los últimos años, quiero ser mejor porque tengo muy claro exactamente “como no quiero ser”
Alegría es saber que tengo más piedras blancas que negras
Alegría es que me voy a trabajar ahora, aunque mi cuerpo serrano está exhausto, poder trabajar es un aliciente y hacerlo con alegría es un pleonasmo de sonrisas
Alegría es saber que he dejado el pasado en el pasado, que el mal de amores no me persigue, que no recuerdo y que no me importa no hacerlo. Los malos amores deben ser olvidados, a los tres años (MÁXIMO) hay que hacer espacio interior, así que a tirar todo, desde: fotos, cartas, ropa, recuerdos. Uno no debe acumular recuerdos de este tipo por demasiado tiempo, asumir la experiencia, volverla parte de la vida es necesario, justo y correcto. Pero, así como la mayoría olvidamos el nombre de la primera maestra que nos enseñó a leer, pero le agradecemos cada vez que leemos desde el fondo del corazón, porque forma parte de nosotros y ya la recordamos en el mero acto de leer, sin pensar en ella; justo lo mismo es con los malos amores, experiencias difíciles, traiciones, abandonos.
Alegría es que mañana encontraré otros motivos de alegría, sencilla, simple... así sin más
jueves, noviembre 10, 2005
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